enero 21, 2009
Enrique Verástegui

Este último sábado de enero Raúl Heraud, César Pineda Quilca y Miguel Ildefonso abordaron en su domicilio del distrito de La Molina al poeta, narrador y matemático Enrique Verástegui. En realidad el autor de Etica ha practicado casi todos los géneros literarios, incluidos el ensayo y el teatro (recientemente apareció una pieza teatral en la Revista Hipanoamericana de Literatura). He aquí una crónica de esta visita, escrita por nuestro amigo Miguel Ildefonso.


La Rebelión Creadora. Conversatorio con Enrique Verástegui                                                                                                                      Por Miguel Ildefonso

“Me gusta el rock punk”, respondió Enrique con su grave voz y ceremonioso ante la pregunta de sus gustos musicales. Sentado en el sofá aspiraba su incansable cigarrillo. ¿Cómo te consideras?: “Últimamente como filósofo.” ¿Qué autor te interesa? (le bombardeaban las preguntas): “Para esta época me gusta Fritjof Capra. Es un teórico de la ecología, que ha revolucionado el mundo. Es un hombre llamado a salvar el planeta. Me preocupa el tema de la herencia, qué le vamos a dejar a nuestros hijos, debemos dejarles un planeta sano por lo menos.” ¿Y cuándo escribes? ¿Prefieres el silencio?: “Yo me abstraigo en el momento de escribir, sin perturbarme, lo hago de corrido, sin tomar en cuenta la bulla, aunque últimamente prefiero el silencio. Antes escribía de 7 de la mañana a 11 de la noche, eso era hace años. Ahora escribo de vez en cuando debido a un cambio de técnica, antes vivía en una inspiración permanente. Hoy es la inspiración instantánea.” Enrique Verástegui se ha entregado a la poesía en cuerpo y alma. Desde su regreso al Perú, desde su estadía en Cañete, al sur de Lima, siempre ha recibido la visita de jóvenes poetas que quieren saber qué hay detrás de su leyenda, pero, ante todo, saber de la poesía. Y él les presta atención como un monje a sus amigos.

_ Raúl Heraud (psicólogo de profesión) cuenta que en una etapa de su vida asistió a unas sesiones de psicoterapia: “Uno libera fantasmas, libera recuerdos, mata a su padre, revive a su padre, de ahí salió mi libro Arte de la destrucción. Ahí yo era el objeto poético.”
_ Enrique: “Desde mi primer libro, la primera persona es algo o alguien inventado, esto me permite a mí distanciarme del objeto.”
_ Raúl: “¿Es un alter ego?”
_ Enrique: “No tiene nada que ver conmigo. Etica se hizo en función al acontecer contemporáneo, muy vinculado a la caída del Muro de Berlín, que coincidió con la teoría de la vida de Vico, que es un filósofo italiano del Renacimiento. Todo confluye al hogar al final, luego de pasar por la historia. Tengo escrito El Modelo del Teorema. Curso de Matemáticas para Ciberpunks, que es un libro de matemáticas y filosofía; Apología pro totalidad. Ensayo sobre Stephen Hawking, acerca de la totalidad del conocimiento, que aborda la lógica y las matemáticas; y he escrito un Tratactus ilogico mathematicus, que trae abajo 2000 años de lógica aristotélica, para fundar una nueva lógica más abierta y más exacta.”
_ César Pineda (miembro de Letra en Llamas): “¿Y cuál es la relación entre la ciencia y la poesía?”
_ Enrique: “Es una relación directa y está dada a través de la música. La música forma parte de la ciencia y del mundo. Poesía es ritmo, y el ritmo es matemática.”
_ Miguel Ildefonso (?): “El otro día decías que ibas a ser recordado más como matemático.”
_ Enrique: “Lo dije en una noche entre copas (risas). En realidad no sé cómo voy a ser recordado, pero lo posible es que sea recordado como matemático, como inventor.”

En un momento de la plática salió el tema del bombardeo en la Franja de Gaza: “Yo formo parte de un tribunal internacional que postula la toma de conciencia acerca del medio ambiente en el momento en que la tierra tiene una crisis ecológica. Dado que, desde hace decenios, en el Medio Oriente se vive una crisis política, el tribunal al cual pertenezco exhorta públicamente a que cesen los bombardeos, que no es bombardeando (a Irán) como se van a solucionar los problemas, sino pidiendo que Israel ocupe un asiento permanente en el consejo de seguridad de la ONU para que se solucione definitivamente la crisis en Medio Oriente.”

_ César: “Edmundo de la Sota, si bien recuerdo, plantea en tu obra una poética de la esfinge, del vínculo que hay entre la ciencia, la filosofía, la religión, etc.”
_ Enrique: “Mi poesía no es difícil, creo que una obra se debe leer con placer. El lector ha de introducirse en ese mundo para acceder al conocimiento, a una epistemología del mundo contemporáneo; y, a la vez, hallar una salida a la crisis. Mi poesía no solo es de crítica, es también visionaria, en la medida en que aparece el Internet, por ejemplo; y aparece la computadora veinte años antes de que se conozca. La poesía enfrenta, en estos tiempos, a problemas tecnológicos, ecológicos, religiosos, que tienen que ser resueltos con una enorme lucidez. Raúl Heraud, cuando publica Arte de la destrucción, lo que hace es un tipo de poesía religiosa, al plantearla como la destrucción del mal, por ejemplo; y con eso ya se vislumbra la búsqueda del bien. Al igual que el erotismo en la poesía de las mujeres, que es la búsqueda del bien, y , es más, es haber encontrado el bien. En una época de corrupción, de destrucción, el erotismo es el más alto nivel al que puede llegar el ser humano.”
_ César: “¿Qué no ha escrito Verástegui todavía?”
_ Enrique: “Me gustaría escribir algunos ensayos, relacionados a la escritura y sobre el mundo contemporáneo. No lo hago porque falta el estimulo del editor, no hay editores en el Perú. No puedo perder el tiempo en un texto que nunca va a ser publicado; me gustaría escribir en abundancia, si es que tuviera un editor seguro como lo tuve - y esto es un homenaje - hasta que falleció Carlos Milla Batres, no solo era mi editor sino un gran amigo.”

Milla Batres fue quien editó el libro que removió la poesía peruana a inicios de los años 70: En los extramuros del mundo, el primer libro de poesía de Enrique Verástegui, tiempo después le sería otorgado la Beca Guggenheim, con el cual emprendería su viaje a Europa. “La aparición del Internet cambia la mentalidad de las personas, la poesía va a enfrentarse al Internet, a un nuevo tipo de comunicación. La poesía debe adaptarse a ese nuevo cambio de comunicación y sobrevivir, para luego tomar el poder. Por el momento se trata de que la poesía sobreviva en un mundo de celulares, Internet, DVDs. Tantos inventos que aparecen todos los días, y que desaparecen por igual, revelan que la poesía tiene un sentido: el sentido de la permanencia.”

César: “¿Cómo sientes la muerte de los poetas, Juan Ramírez Ruiz, Alejandro Romualdo, Manuel Morales?”
Enrique: “La sensación de las perdidas irreparables es siempre una sensación de rechazo hacia la muerte. Y el comportamiento de los gobernantes frente a los poetas no refleja sino la búsqueda de un cierto chantaje a los poetas, al querer buscar una poesía que les sea adulona. La poesía es conciencia crítica, conciencia crítica que no es el hablar en contra por hablar en contra, sino es la rebelión creadora frente a la realidad que, por definición, es deficiente siempre. La poesía es la nueva utopía, lo decía Rimbaud: el poeta debe ir por delante de la acción.”

Enrique hace un silencio algo prolongado, y echando una bocanada de humo señala: “Me aterra la muerte no solo por convicciones ideológicas, de pensamiento, sino por cuestiones biológicas. Tener la conciencia de estar vivo es tener la conciencia de la plenitud; y la muerte no es la plenitud, es la decadencia. Creo en Dios, soy religioso y católico. Aunque a los 15 años perdí la fe por un momento; perdí la fe pero no el contacto con Salomón, con el Cantar de los cantares.”
El poeta horazereano cuenta que sus textos inéditos se encuentran en Mar del Plata, con una querida amiga argentina, y en las manos de un joven amigo poeta e investigador literario de Lima. Al final de la reunión los poetas se toman una foto juntos, se dan un abrazo de despedida. Y, por supuesto, muchas palabras quedarán en la grabadora.