Algunas palabras sobre la masacre en Bagua

junio 09, 2009

Que otra cosa puede uno hacer luego que la ira y la impotencia se meten en el alma, sino exorcizarse uno mismo a través del lenguaje y quizá de pronto morderse el labio. Pero quién no habrá sentido ganas de meterle un soberbio puntapié en el culo a Alan García y a toda esa retahíla de ayayeros, sanguinuelas y caraduras que lo acompañan en este transito depredador, salpicado de sangre y gritos de terror. No solo de él es exclusivo este deseo (¿quién no recuerda aquellas imágenes cuando patentó oficialmente su patada con aquel humilde hombre?). Sin embargo también habrá más de uno que se muera de ganas, tenga la imperiosa necesidad de zamparle un verdusco escupitajo en plena cara, la cual resultaría quizá una metáfora reconfortante.
Luego de que nuestro adorable gobierno presidido por éste ser arrogante, falaz y homicida ha demostrado su ineptitud y apetito omnívoro (¿ha logrado algo sustantivo durante todo este tiempo?; otra cosa, ¿cuál es el afán de pretender apoderarse de tantos millones de hectáreas en la selva? ¿es cierto que para que 28 millones de peruanos nos beneficiemos o en todo caso para que “la patria no pierda lo avanzado”, como se menciona en ese spot que más parece salido del pentagonito? ¡Que no joda!), ahora resulta que el líder amazónico Alberto Pizango, ha sido denunciado, acusado de presuntos delitos de rebelión, conspiración y sedición. Es por ello que ayer fue acogido por la Embajada de Nicaragua en calidad de asilado político.
Ahora bien, en tanto ocurría esto la conchudez encarnada en dos mujeres salían a tirar las primeras piedras. Por un lado Keiko Fujimori y por otro, la queridísima maestra de la nueva escuela aprista, Mercedes Cabanillas, dignas representantes del cieno, el silo, de los más bajos fondos. En palabras de aquella que todos los peruanos le dimos individualmente, aunque no en las manos, siquiera unos diez céntimos para que estudie en Estados Unidos, señaló que Pizango debería dar la cara y enfrentar el proceso judicial para que dé a conocer cuál fue su rol (como si el muy valiente e hijo de puta de su padre lo hubiera hecho al huir del país). Y la Cabanillas: “No se puede actuar a mansalva, ponerse fuera de la ley, cometer delitos (…) y después cobardemente, tras el saldo de pérdida de vidas, decir me voy a asilar” (¿son palabras para Pizango o su propio compañero y líder Alan García? ¿acaso en ella no puede recaer el delito? Han muerto jóvenes policías, recién salidos de la escuela y a quienes hace no mucho los “benefició” con un reglamentó medieval, muchachos de veintitantos años, enviados sin escrúpulo alguno hacia la hoguera) ¡Que tal sinvergüencería! Cualquier alma que hallándose en un charco, donde el poder y el dinero prevalecen, se ruborizaría al pretender lanzar la primera piedra, pero obviamente estas dos mujeres carecen de pudor y de sangre.
El responsable de lo ocurrido el viernes 5 de junio es sin duda aquel rostro que a estas alturas resulta repugnante verlo a través de las pantallas de televisión. Ese rostro que deja ver nada más que soberbia y suena a otro dictadorzuelo conocido, a descamuflado fascista (a propósito, ¿dónde anda el famoso escritor e intelectual peruano, Mario Vargas Llosa?, ¿será que no le apetece hablar de indígenas y chocar, o siquiera rozar con su amigo, el ahora pinocho del liberalismo? Ni siquiera balbuceó cuando la SUNAT tomó Panamericana, ¿en qué lugar andará disertando sobre la bienaventurada libertad?) Es culpable Alan García pues por su terquedad, por su cortedad mental, por dársela de pendejo. ¡Acaso no es una gran pendejada querer pasear a toda una serie de gremios indígenas durante 52 días! ¡A cualquiera le colma que lo agarren de tonto! O sea, uno va a exponer sus derechos y lo primero que pretenden es mecerte día tras día, como a bebe recién nacido. Se escucha en su fuero interno: Tiene que dormirse (la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana). Permanecer en silencio mientras ingresamos a la selva. Estos indígenas son una tira de inadaptados e ignorantes (hace unos días afirmó que no eran “ciudadanos de primera clase” y que por los 400 mil de ellos, los 28 millones de peruanos no podíamos privarnos de ir por aquellos lugares, ¿pero quién habla de visitas o turismo cuando las tierras de los nativos están a punto de ser tomadas “legalmente” por trasnacionales? Gravísimo error, como él mismo diría. Lo que ocurrió aquel día fue otro hecho fatal y cruento para las desoladas e inciertas páginas de nuestra historia. Y es que a García le place embarrarse con sangre la conciencia y ahora Yehude Simon, coterráneo mío y en quien confié alguna vez, dice que saldrá con las manos limpias. Mismo Pilatos pretende lavarse las manos y eximirse de toda culpa. Pues no. Es tan culpable como Alan. Por ser su gran compinche. Su gran Premier.
El número de los fallecidos en el enfrentamiento del día viernes es manejado por las fuentes oficiales con tanta apañadura que da arcadas. Y francamente que produce el incremento del escepticismo. Afortunadamente ya no son muchos los crédulos que se meten el dedo en la boca y asienten cuando un político de mierda sale en la tele y lanza su rollo. Sobre todo los jóvenes. Tengo amigos y familiares en Bagua, Rioja y Tarapoto y la cifra que ellos manejan llega al centenar de muertos. A los miembros de la policía Defensoría del pueblo y el mismo Estado ya los contabilizó. Pero, ¿quién da cuenta de los indígenas? Me cuenta un amigo que reside en Bagua Grande que a través de las radioemisoras de Jaén pobladores de la zona llamaban diciendo que miembros de la policía, a la orilla del río Marañon, torturaban y luego en bolsas negras los arrojaban a las aguas. Los denunciantes se hallaban parapetados en los cerros mientras veían semejante matanza. No es que exima de culpa alguna a los miembros de la Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana, pero, ¿a quién no le va llegar altamente cuando supongamos ves a tu calle invadida por tanques y de repente empiezan a maltratare y de pronto ves morir a uno de tus hermanos? Así el agresor tenga escudo y una ametralladora y tú sólo en las manos sostengas una piedra o una lanza te enfrentas al agresor. Ya tu vida no te pertenece. Ha sido cogida por el odio y la venganza. Al ver entre las imágenes difundidas por Internet y distinguir tanques me dio la sensación que estaba en la Franja de Gaza. Este Estado es tan criminal como el de Israel. A ambos le importa un carajo los derechos humanos y toda esa sensiblería humanista (volví a acordarme de Pilatos). ¿Cómo se explica que cerca de un centenar de indígenas hayan muerto y desparecido, o sea casi una cuarta parte de los policías? No es difícil deducir pues que algo les exacerbó a los nativos como para entregarse a una muerte inminente, ora sea torturado, ora sea con un fulminante balazo, más allá de que en primera instancia esté el hecho de reclamar sus exigencias de la derogatoria del Decreto Legislativo 1090. ¡Y pensar que nadie dio una orden para cesar el fuego, aquella feroz y sangrienta batalla! ¿En que oculto arcano se posaba la racionalidad de García? ¿por dónde deambulaba la tía Meche? ¿y el futuro dizque presidente del Perú, Yehude Simon, pero antes de todo esforzado y fiel ganapán de García?
Mas esta historia aún no ha terminado. Este 11 se anuncia un Paro Nacional. Y aunque no lo crea, este régimen aprista y carroñero (y también herbívoro, pues como se habrán dado cuenta ahora resulta que le gusta meter su hocico en el bosque) atraviesa una de sus peores crisis. Sin embargo jamás olvidemos que su líder de sangre siempre se ha alimentado. Que la sed de éste Vlad Tepes moderno es insaciable.