Entrevista a Víctor Nomberto

octubre 31, 2008


Sociologo Nomberto en pleno trabajo con los Awajún


“Las universidades no pueden ser solamente negocios lucrativos, debe formar el capital humano”

El sociólogo y catedrático de la Universidad Federico Villarreal, Víctor Nomberto Bazán (Chiclayo, 1953) ha publicado -junto a otro docente- el libro Historiografía General y del Perú (Editorial Universidad Ricardo Palma), volumen que comprende la reseña de cuarentaidos importantes obras de los más investigadores sociales del nuestro país y del mundo. Nomberto ha sido invitado a dar conferencias en universidades como Complutense de España y Heildelberg de Alemania. He aquí una parla con mi estimado coterráneo.


¿Que lo motivo a emprender la realización de este proyecto?
Mi propósito es permitir el acceso de la bibliografía historiográfica fundamental a los profesores de historia en los diversos niveles educativos, así como de los estudiantes universitarios en la especialidad de historia. Son cuarenta y dos obras indispensables, que no están siempre disponibles en todas las bibliotecas. Historiografía General y del Perú, recoge las valiosas lecciones que nos otorga la historia y es una guía para la consulta de fuentes internacionales y nacionales contemporáneas.
¿A que se debe el hecho de haber escogido 21 historiadores y otros científicos sociales en cada una de las dos partes del libro? ¿Es un número cabalístico o de pronto, quizá simbólico?
Es un número simbólico. Escogí 21 autores de fuentes para la historia universal y 21 historiadores peruanos y peruanistas porque estamos en el siglo XXI. Algunos historiadores se han sentido excluidos y consideran que la selección ha sido arbitraria. Pero ofrezco que en el segundo tomo de Historiografía General y del Perú, sus obras serán consideradas; especialmente las publicadas por José Agustín de la Puente Candamo, Antonio Zapata Velasco, José Antonio del Busto, Franklin Pease y Armando Nieto S.J.
Muchas personas tienen la idea que la historia es tan solo una serie de sucesos y fechas. Desde su punto de vista, ¿qué significado e importancia tiene para la sociedad humana?
La historia es tanto la investigación llevada a cabo por el historiador, como los hechos del pasado que el historiador estudia. La historia es un recuento de lo que han hecho los seres humanos. Michel Foucault afirma que la historia es la madre de todas las ciencias del hombre, tan vieja como la memoria humana. Sin embargo no todos los acontecimientos participan del recuento y se exponen en el recuerdo histórico. Benedetto Croce señalaba que toda historia es historia contemporánea, ya que consiste en ver el pasado con los ojos del presente y a la luz de los problemas de ahora; dado que la tarea primordial del historiador no es recoger datos sino valorar, porque si no valora no puede reconocer lo que merece ser recogido. Además, el pasado que investiga el historiador vive aún en el presente. La historia comienza cuando pensamos en el transcurso del tiempo humanizado, en función de una serie de acontecimientos específicos, en que los actores se hallan comprometidos y en los que pueden influir conscientemente.

¿Considera usted, como Drinot, que la historia tradicional no es más que un catalogo inconducente, una serie de documentos y testimonios sin ningún valor?

Drinot en su trabajo historiográfico corre el riesgo de arrojar lo sustancial junto a lo accesorio. La historia empieza cuando se transmite la tradición, que significa la transmisión de los hábitos y las lecciones del pasado al futuro. Empieza a guardarse memoria del pasado en beneficio de las generaciones posteriores. Desde luego existen diversas interpretaciones de los acontecimientos, dado que junto al catalogo metódico, disciplinado y perseverante de documentos y testimonios, está la imaginación del investigador que busca desentrañar los misterios y las intencionalidades humanas que allí se ocultan.
Desde hace un tiempo viene ejerciendo la docencia universitaria. En esa interrelación con los jóvenes, ¿ve un real interés por estudiar y desarrollar las Ciencias Sociales?
Llevo 25 años ejerciendo la docencia universitaria en Lima y en las diversas regiones de nuestro Perú. También he sido conferencista invitado en las universidades europeas de Heildelberg, Uppsala y Complutense de Madrid. La Universidad de Heildelberg es la más antigua de Alemania, fundada por Ruperto I, en ella fue profesor mi colega Max Weber. La Universidad de Uppsala en Suecia, fue fundada en 1477 y es la más antigua de Escandinavia. En cada una de estas universidades he podido observar un interés creciente de los jóvenes por las Ciencias Sociales, aplicando los conocimientos científicos a la solución de diversos problemas prácticos que constituyen desafíos para nuestras respectivas sociedades.
¿Considera que en algún momento la pobreza, el desempleo, entre otros problemas persistentes en nuestro país, hallarán solución?
La corrupción y la violencia impiden la solución de la pobreza y el desempleo. No son solo problemas estructurales, están también presentes en el corazón de las personas. Sin bajar la guardia en ningún momento debemos atacarlas en todos los niveles, siendo vigilantes hasta con nosotros mismos, guardando la fuerzas necesarias para ser auténticos en nuestras propuestas de cambio y transformación de lo individual a lo familiar y social; ya que resulta insuficiente un crecimiento macroeconómico.
Durante las últimas décadas ha habido cambios en diversos aspectos de nuestra sociedad. Uno de los que podría señalar es referente a la música. Antes de los 80s resultaba difícil – y casi imposible – escuchar un huaino o una cumbia en una fiesta clasemediera y mucho menos en una reunión burguesa. Hoy hasta el presidente baila con Dina Paucar, ¿qué es lo que está ocurriendo?
Los Presidentes han cambiado, son mas clasemedieros y socialdemócratas. No me imagino a Humala bailando los ritmos del Grupo 5 de Monsefú, Caribeños de Guadalupe, Caliente o Papilón; simplemente porque la izquierda sigue siendo solemne. Transitamos por caminos inciertos, y la música como la moda existe para todos los gustos, reflejando los espíritus de cada época. Es cuestión de saber escuchar y estar en sintonía. Un huaino o una cumbia no dejan de lado a la opera o a la música religiosa, cada una en el lugar y momento adecuado. Aunque la pronunciación de la Pituca de Tongo me parece un exceso, me refiero a la versión en ingles.
¿Con todo esto se podría decir que el indigenismo está retomando sus fuerzas perdidas?
Efectivamente, el indigenismo como expresión de la sociedad civil, que no le tiene miedo ni al mercado ni al Estado. El indigenismo que sabe dialogar. Hoy en día el verdadero indigenismo enfrenta desafíos inmensos y necesitamos beber de nuestro propio tanque histórico como lo hizo Guaman Poma de Ayala en 1615. Aconsejo leer su obra “La Nueva Corónica y Buen Gobierno” hallada en Copenhague (Dinamarca) y cuyo manuscrito puede ser consultado por internet. Esta dirigida al rey español Felipe III, tiene 1200 páginas y 400 dibujos, utiliza la polémica narrativa, combina los pasajes bíblicos con la historia del Tahuantinsuyo. Guaman Poma es un modelo para el indigenismo andino y amazónico de nuestro siglo.
El centralismo siempre ha sido un tema controversial, ¿considera que habría que insistir, ver la manera de encaminarlo hacia su viabilización o en todo caso piensa igual que Mariátegui, al creer que tal realización no resolvería los problemas de las provincias?
La muerte de Mariategui fue prematura y algunos de sus seguidores han deformado su pensamiento. Su hijo Sandro fue dirigente de Acción Popular, y considero que su nieto, el actual director del periódico Correo, debería ser el primero en darle continuidad a sus principios. Respecto al centralismo criollo, me considero un ciudadano del mundo y de la nación, sin caer en los excesos nacionalistas. Soy partidario del Estado unitario con autonomía económica, política y administrativa de sus regiones. Pienso que algunos departamentos están intentando ser regiones, como es el caso de Amazonas y San Martín, que en la próxima consulta popular pueden llegar a ser la primera Región piloto a nivel nacional.
Usted nació en esta ciudad y luego ha hecho su carrera profesional en Lima, ¿qué sabe de la labor intelectual e investigativa en esta parte del país?
Nací en el Hospital de Las Mercedes en la avenida Luis Gonzáles. Mi parroquia es San Juan María Vianney, cuyo párroco fue Monseñor Juan Tomis y actualmente es Ricardo Guerrero. Sin embargo no he sido profeta en mi propia tierra. La labor intelectual en Chiclayo y Lambayeque no se puede limitar al trabajo de las universidades, es una vocación que se forma desde la niñez y juventud. Recuerdo a mi profesor de química orgánica e inorgánica, Enrique Mangana López, de la Congregación de la Misión – San Vicente de Paúl- quién me proporcionó los fundamentos de mi labor investigativa desde el Colegio. En este nuevo siglo veo a muchos lambayecanos que continúan el trabajo de científicos como Pedro Ruiz Gallo y matemáticos como Federico Villarreal.

Lambayeque en sí, como diversos departamentos del Perú, tiene material para ser investigado, ¿Qué opina al respecto? ¿Qué es lo que falta? ¿Personas idóneas, presupuesto económico?

Me parece que no es solo un problema de presupuesto, es un problema de gestión para la investigación, voluntad y disciplina; porque las personas preparadas existen, de lo contrario no tendría sentido la existencia de tantas universidades en Lambayeque. Las universidades no pueden ser solamente negocios lucrativos, deben formar el capital humano de nuestra región. Un ejemplo de buena gestión en arqueología son los Museos Tumbas Reales de Sipán, Brüning y Sicán de Ferreñafe.
Después de Historiografía General y del Perú, ¿qué proyecto continua?
Estoy escribiendo la Historia de los Awajún. Es una historia regional, ubicada en las provincias de Amazonas, el norte de Cajamarca y San Martín. Tengo fuentes bibliograficas, además voy a revisar archivos coloniales y a recoger la propia historia relatada por los awajún con sus mitos, leyendas así como sus propias versiones de las guerras en la Cordillera del Cóndor. Quiero profundizar los estudios realizados por José María Guallart y Manuel García Rendueles de la Compañía
de Jesús.

LOAS DE HUMO




Loas de humo
ES INEVITABLE TENER un cigarrillo entre los labios. Y siempre hay un instante propicio para ello. Para poder caminar tranquilamente sobre la mañana es necesario prender uno. Aquel cierto sabor a tierra húmeda me hace pisar la superficie. El placer vuelve a navegar en mi cuerpo. Enciendo el segundo. Y después de tomar el desayuno, vuelvo a raspar los cerrillos. No importa si el día está soleado o nublado. Es lo de menos. Importa la satisfacción de sentir la tranquilidad en el interior de uno mismo.

Durante estos últimos años a las personas más queridas les he prometido abandonar este hábito, pero al poco tiempo he terminado siendo un gran mentiroso. Ahora no prometo nada. La mentira es una de las cosas que no sostengo muy bien. Simplemente trato de fumar la cantidad mínima. Sin embargo, esto no es posible. Siempre hay un instante propicio, como dije anteriormente, para encender uno.... y luego otro cigarrillo.
El olor del tabaco no deja de perseguirme durante el día. Y es algo usual que al concluir el almuerzo prenda el séptimo. Luego el octavo al encender el computador. El noveno a la mitad de lo que esté escribiendo, y el décimo al terminar. Uno se acuesta y retorna las ganas. Es un tributo cotidiano al atardecer. Y una buena canción es también infaltable: allí están Janis Joplin, Siouxsie and the banshees, Dolores Delirio. Sintonizar emisoras de la radio es terrible.
A todo esto, sé que como muchos otros seres devotos a la nicotina, muero doblemente con cada cigarrillo que fumo. Que disminuyo los minutos de mi existencia. Y no sólo eso, sino que también estoy jodiendo a las personas que están junto a mi mientras tiro una y otra pitada. Que soy un miserable, un egoísta, un agresor. Pero en fin, prevalece la autodestrucción, el placer individual. Y merezco por tanto ir a parar al infierno, donde pueda fumarme todos los puchos posibles, En especial que sean Lucky, rodeado de muchísimas botellas de cerveza y lindas chicas.
Vuelvo a pisar tierra. Estuve alejado del filtro pocas horas y ya tengo otro entre mis labios. La muerte reside entre nuestras carnes. Es parte de nosotros. Entonces, ¿por que temerle? La soledad me dice muy despacito, enciende otro cigarrillo. Total, la materia corporal no es eterna. Y la muerte es una sola. Son diferentes las maneras de llegar hacia ella. Bien puedes desaparecer ahorita o mañana, aplastado por el techo de tu cuarto, pasado un terremoto, o expulsado por la fuerza y velocidad de un auto. Nadie sabe. Es por ello que prefiero hurgar en uno de los bolsillos de mi canguro y extraer otro.

Sin embargo pienso. Hay otras maneras de disfrutar los segundos, minutos, horas. Que la playa no necesita de un cigarro. Tampoco el atardecer ni la noche. Menos la garúa. Mi cuarto apesta. Es el tabaco, el alquitrán, la nicotina. Ya no debo fumar. Este será el último.
Arrastro mis ansias duramente hasta que llega la noche. La calle me espera. Surgen los postes eléctricos, los autos. La ciudad despide su aura de fluorescentes y sin darme cuenta le doy la última pitada a otro cigarro. Se trata de una pitada infinita. Cerca de cuatro cuadras es lo que dura su compañía. Le digo hasta pronto mientras arrojo con suavidad el humo.
¿Ha sido en realidad el último cigarrillo que fumo durante este día? Mejor callo y alzó la mirada hacia el cielo. Respiro un poco de estrellas. La noche penetra mis sentidos. En mi canguro todavía quedan algunos. El silencio, prefiero mil veces el silencio. Y lo hermoso es que aún también la vida me persigue.

Entrevista a Luis Fernando Chueca



Sobre La contemplación de los cuerpos


Luis Fernando Chueca es un atinado crítico y poeta. Esta es una entrevista que le hice luego de la aparición de su último poemario, Contemplación de los cuerpos y la misma que apareció en un medio septentrional y cálido de este bendito país.


El desfile mortuorio comenzó frente a tus ojos cuando tenías doce años, con la muerte de tu abuelo, ¿qué tanto te marcó aquel primer suceso?
Mucho. Supongo que como debe marcar a cualquiera, a esa edad, la conciencia directa de la muerte como un hecho concreto y, entonces, una posibilidad permanente. Esa huella me permite, al mismo tiempo, su uso como un símbolo que establece continuidad, porque abre la experiencia de la muerte, y de ruptura, ya que es la única “muerte natural” en el libro. Todas las demás, como anuncia el poema, serán muertes de gente que no estaba en edad de morir: hijos enterrados por sus padres, para decirlo de algún modo.
¿Hasta qué punto los atisbos de la memoria permiten recuperar la imagen de los seres ausentes y queridos? ¿Qué participación tiene el poema en todo esto?
Los poemas buscan esa recuperación. Son los caminos para lograrla, pero también son una barrera, pues el lenguaje es insuficiente frente a la memoria, tanto como la memoria supone una inevitable distancia frente a lo recordado.
Algunos de tus textos parten haciendo referencia a la escena de una fotografía, ¿es este recurso parte de la contemplación? ¿Hallas alguna similitud entre la practica de este arte con la poesía?
No me he detenido a pensar mucho en el significado de la fotografía, aunque estas han sido puntos de partida indiscutibles de muchos textos. Nuestra memoria de los ausentes se fija, muchas veces, a través de las imágenes que conservan (es un decir) sus cuerpos o sus instantes.
La segunda parte de tu libro, merece una atención detenida, esto sin duda se debe a que coge aspectos casi ausentes en la poética peruana de los 90s, que son los cruentos acontecimientos ocurridos entre Sendero y el Estado, durante las últimas décadas del siglo pasado, ¿qué fue lo que te motivó a ello?
Partió de la necesidad de volver la mirada a lo que hemos sido y a dónde estuvimos (como individuos, como sociedad y también como parte de la “ciudad letrada”) en esos difíciles años. La poesía de los 90 no habló mucho sobre eso y pensar insistentemente en esa ausencia temática, supongo, me fue provocando esas imágenes a modo de una deuda propia que había que pagar. Además, en la estructura del libro apuesto por integrar esos dos ámbitos de la experiencia de la muerte -la cercana (familiar, amical) y la que involucra al país- como parte del testimonio propio del personaje del libro, que intenta también convocar a identificaciones por parte de los lectores.
¿Se podría decir que este libro es una ofrenda al recuerdo de aquellos cuerpos ausentes y anónimos?
Exactamente. Aunque también intenta articular la sensación de desconcierto a la vez que elaborar un discurso crítico y autocrítico con relación a lo vivido.
¿Qué tanto uno se vuelve y, sin quererlo, parte de este “concierto funerario”?

Depende de cada uno el modo y la magnitud en que se asuma esa marca. Aunque la muerte es una experiencia que, en las dos dimensiones que comento, nos ha teñido y nos tiñe, inevitablemente.

¿Realmente crees que con el solo hecho de nombrar a la muerte se puede anular todo movimiento?
No. La muerte es la que anula todo movimiento, y la palabra “muerte” no llega a reflejar la intensidad de esa certeza. Y es ahí que se instala la batalla contra las imposibilidades del lenguaje.
En cuanto a este tema mencionas que ya está presente en tu primer libro, “Rincones” antecediendo incluso las lecturas de Lihn, Gottfried y Sánchez León, ¿nunca se termina de escribir el poema? ¿son los espacios en blanco tan inmensos como aquel descanso eterno?
El poema se termina de escribir, pero hay impulsos o fuerzas que obligan a retornar a ciertos ejes, temáticos en este caso. Así ha sido en buena parte de lo que he escrito.
Y para finalizar, una pregunta con un verso tuyo, ¿es posible mantener la mirada enfrentándote al vacío?Al menos eso he intentado, y las limitaciones del libro tienen que ver también con la imposibilidad o dificultad de hacerlo cabalmente.

Súbete a una moto

octubre 24, 2008


Jamás me han simpatizado las motocicletas. Eso de treparlas como a un caballito de fierro y luego sentir el viento raspando tus mejillas nada que ver. Y si en alguna ocasión las he montado solo ha sido por algún motivo extremo. De eso hace varios años, cuando aún era niño.
Pero bueno, como todos saben, una moto es usada para transportarse de un modo más rápido y sobre todo económico. Gasta menos combustible que un auto y su piloto puede meterse como una lombriz entre tanto trafico; claro está, dependiendo de su pericia y su osadía.
Quizá uno de éstos patas, conocedor de su maquina y de las pocas monedas que sacaba de su bolsillo a la hora de parar en el grifo y viendo por encima de todo su condición de apremiado desempleado, no se le ocurrió mejor idea que sacarle el jugo a su bólido (es tan solo un decir, un pulimento de orgulloso propietario).
El asunto es que con su moto lineal empezó a competir con sus primos los mototaxistas y hasta con los mismos taxistas. Como pasajeros un máximo de dos personas y si se trataba de un ejemplar semejante a la suegra de Condorito, solo una. Costo de la carrera: al centro de la ciudad una luquita.
Cualquiera diría que lo brevemente narrado en los dos párrafos anteriores es una alucinación. Pero es cierto, a excepto del anónimo personaje. Y es un hecho cotidiano en las ciudades de Tumbes y Piura. La necesidad de sobrevivencia aunada al ingenio no solo se ve en Lima como puede apreciarse. Y hasta fácil que con el transcurrir del tiempo los dueños de estas motos lineales formen su sindicato, ¿Cuál sería la denominación? Qué sé yo. Lo único que sé es que cuando visites una de estas ciudades y veas a una de tus amigas montada en uno de estos vehículos no se te ocurra pensar que va con el enamorado o un pretendiente. Otórgate la posibilidad de la duda. Y si tienes la mente achorada créete un Erick Estrada o un Lorenzo Lamas.






Después de tanto time una canción de The Cure

octubre 23, 2008

Cada vez que estoy frente al computador rara vez escucho música. Sin embargo hoy que he vuelto a necesitar de una suave melodía de fondo acabo de encontrarme con un video de una de las bandas de rock que logró meterse en algunos momentos de mi juventud. Hablo de "Lullaby" del grupo británico The Cure.

Me quedo chequeando y no sé porque diablos relaciono al video con uno de los súper héroes que desde niño no ha dejado de agradarme: Spiderman.

 
Minimizo el reproductor y las imágenes del sorprendente hombre de araña y la de Robert Smith se hacen humo y solo se escucha la canción. Me imagino entonces acostado en una de aquellas lejanas tardes, colocando en mi matadita graba un cassette de The Cure.

Lo paja en esta vida es que definitivamente siempre hay cosas que no mueren.
Si se animan escuchen este lóbrego arrullo, esta erizada canción de cuna.

No todo es desolador, caso Universidad Privada Guillermo Urrelo

octubre 20, 2008





Una de las tareas primordiales, creo, de toda universidad, sea nacional o privada es la de promover la investigación y la creatividad. Sin embargo, en muchas ciudades del interior del país todo esto no se lleva a cabo. Solo se aprecia una sarta de politiqueros y mediocres cuyo mayor afán es la de permanecer en puestos con olor a poder. Nada más que chapar un buen sueldo y parasitar en las aulas o las oficinas administrativas. Les importa un pepino editar revistas, libros; organizar eventos educativos, culturales o artísticos.
La inteligencia y el talento cada vez se distancian de las universidades. Ahora Carlyle tiene más vigencia cuando dijo que una verdadera universidad es una buena colección de libros. Sino fuera por los putos cartones hace rato ya hubieran desaparecido.
Sin embargo a veces es gratificante encontrar a alguien, un soñador que apuesta por editar o emprender la organización de una actividad cultural. Porque a las finales todo sueño siempre parte de un pata tocado por un ideal o una dosis de locura. Y trome si convence a la gente de su entorno. Este es el caso de Jorge Luis Salazar, decano de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo de Cajamarca. Bajo su administración ya se van editando 4 números de la revista de investigación jurídica Avances, un poemario, varios números de una revista cultural. En fin, ahora no sé cómo le irá con la organización de un conversatorio que habían programado para el mes de noviembre. De todos modos adelante, que la fuerza del bien y de la belleza te acompañe mi estimado Jorge.

Entrevista a Selenco Vega

octubre 19, 2008

"Escribo para huir del olvido"




En el primer numero de la revista Entera voz, la cual dirijo y pronto tendrá su página web, publiqué una entrevista a mi amigo (no vuelvan a pensar por enésima vez que hay un parentesco) Selenco Vega, la cual considero aún no ha perdido vigencia y la cuelgo en este blog, por siaca les interese en caso de no haberla chequeado en dicha revistita.

Pasados todos estos años y luego de estar en contacto no solo con la poesía sino también la narrativa, ¿qué tipo de hallazgos o satisfacciones has encontrado en estos géneros?
Siempre he pensado que los géneros literarios son un invento de los críticos, Stan, un poco para justificar su existencia... Es cierto que durante años he estado, como afirmas, en contacto con la poesía y la narrativa, pero la verdad es que no suelo hacer distingos entre una y otra forma de arte. Tal vez suene a frase cliché, pero cuando escribo no racionalizo lo que hago, solo intento darle forma a aquello que siento; no me detengo a pensar si es un poema o un cuento, dejo que cada impulso brote por sí mismo, que encuentre su forma. A veces esa forma necesita de una historia, entonces sale algo parecido a un cuento; otras veces, esa forma no requiere de anécdotas, sino de un lenguaje más íntimo, más subjetivo si quieres; entonces, la forma se desplaza y adquiere las dimensiones de un poema. Mi satisfacción radica en el mero acto de escribir, no importa si es un poema, un cuento o un texto anfibio, a mitad entre la poesía y el cuento…
En algún momento de tu vida, de hecho has frecuentado reuniones de poetas y otros creadores, ¿qué opinión tienes del artista y sobre todo del ser humano, del hombre?
Vayamos por partes. Siempre intento separar al artista del hombre. Confundirlos es un error. Pound, por ejemplo, es uno de los poetas más trascendentales del siglo XX; sin embargo, como persona llegó a apoyar a Mussolini y al fascismo. Se cuenta de Naipuil, el gran premio Nobel, que es insufrible como ser humano: soberbio, lapidario con la gente que lo rodea. A veces se tiende a pensar que un artista, por el mero hecho de serlo, debe ser también un gran hombre. Falso. He conocido artistas que como personas no valen gran cosa: malos padres, malos hermanos, incumplidos, orgullosos, egoístas. Pero grandes creadores. Lo bueno es que, en el balance final, lo que queda de ellos, eso en lo que radica su permanencia, es la obra que hicieron con tanto esfuerzo y pasión.

¿Es la literatura un oficio en nuestro país?

No lo es. Uno es escritor a salto de mata, sorteando el trabajo cotidiano que le permite vivir, hallando tiempo de donde no hay. Hace poco, a raíz del Copé que obtuve, me comenzaron a llover pedidos de todo tipo: invitaciones a conferencias, participación como jurado en concursos de cuento y poesía, colaboración en medios. Todo eso estaría bien, excelente… el único problema es que no pagan. Hay en el Perú una propensión a pensar que un escritor debe ser una persona pública a disposición de todo el mundo, gratis y rápido. Por eso te digo que la literatura no es un oficio, por lo menos no uno que te permita vivir.
¿Cómo se desdobla el Selenco Vega fabulador y poeta en el otro, el catedrático, aquel que se gana la vida como profesor y a la vez muere en el más anónimo silencio?
Creo que esta pregunta se enlaza con la anterior. Me gustaría (soñar no cuesta nada), me gustaría ser solo el fabulador y poeta las 24 horas del día, pero como ves, eso es algo imposible en nuestro medio. Como muchos, trabajo de día y escribo de noche, o como lo he estado haciendo últimamente, trabajo entre 9 y 10 meses al año y los otros 2 ó 3 los dedico a escribir. Mientras trabajo como catedrático en la San Ignacio y en la Universidad de Lima, aprovecho las tardes y las noches para gestar algún proyecto literario nuevo, para tomar apuntes y esas cosas. Luego, aprovecho los meses de verano (en los que no trabajo) para plasmar mis ideas lejos de todo y de todos, solo frente a la computadora.
¿Sientes algún pavor al imaginarte muerto? ¿Qué significado tiene la inmortalidad para ti?
A veces he soñado con un fin hermoso, idealmente trágico. A veces he soñado con la muerte, pero extrañamente no con la corrupción de mi carne. Me explico. En las muertes que concibo mi cuerpo resulta extrañamente embalsamado, a salvo del olvido y de los gusanos gracias a que mi muerte se realiza por algún motivo grandioso (mira tú lo modesto que soy). Algunos se obsesionan con el suicidio; de adolescente yo me obsesioné más bien con un fin digno de un héroe de la antigüedad griega. Héctor, por ponerte un caso, fue una fijación que aun me persigue. No le temo a la muerte. Lo que sí me angustia es el olvido, la corrupción, la desintegración real y simbólica de nuestro cuerpo. Debe ser por eso que escribo, Stan, para huir del olvido, para ser inmortal.

Pronto será unos diez años que te conozco y una de las cosas que he podido apreciar es tu distanciamiento de las escenas literarias muchas veces estentóreas y de pocas nueces, ¿será que en realidad más allá de tu falta de vocación por el ruido, como has señalado en alguna parte, se debe en todo caso a tu escepticismo?

No creo en las reuniones de escritores, me parecen un desperdicio de tiempo. No respeto mucho a las personas por el mero hecho de que sean artistas; de un artista, lo que respeto son sus obras. La mayor parte de esas reuniones, congresos, mesas redondas entre escritores, solo sirven para inflar egos, para generar rencillas absurdas y para levantar falsos testimonios. Nuestro medio es tan pequeño y está tan envilecido que mucha gente confunde talento con notoriedad, obra con escándalo. Estoy harto de eso. El lugar de un escritor es su mesa de trabajo, la soledad, una buena dosis de talento y, cómo no, algo de suerte para lograr hacer lo que se propuso.

Haciendo uso de blogs o correos electrónicos, últimamente se han ido armando una serie de encuentros verbales sobre diversos aspectos literarios y también personales, ¿te parecen útiles todos estos discursos?

Me parecen una pérdida de tiempo, no los blogs en sí, que a veces permiten a los lectores actualizarse sobre lo que ocurre en el mundo del arte. Me parecen una pérdida de tiempo las discusiones, las peleas, los enfrentamientos verbales entre escritores. Aunque mirando el asunto con algo de piedad, los blogs, en especial los más escandalosos, permiten que quienes los dirigen adquieran, por ese medio electrónico, la notoriedad y el ‘reconocimiento’ que su falta de talento les negó. ‘A falta de obras, buenos son los blogs literarios’, ¿no crees?
Y hasta una compensación a ese vacío. Pero bueno, Eielson, Hinostroza, Verástegui y no hace mucho Ildefonso - tan sólo por mencionar algunos nombres -, son poetas que han incursionado en la novelística, ¿tienes en mente realizar un proyecto de esta especie?
Estoy esperando a que llegue el fin de ciclo en las universidades donde trabajo para sentarme a escribir la primera versión de una novela que me anda dando vueltas hace tiempo. Tengo tres meses y medio antes de que comience el ciclo 2008-I, así que deséame suerte, que la voy a necesitar.
Que todas las fuerzas del bien te acompañen, hombre, y en cuanto a tu obra, justo quiero referirme a tus dos primeros libros, Casa de familia y Parejas en el parque y otros cuentos, donde nítidas están las influencias de Watanabe y Raymond Carver, respectivamente, ¿de qué otros autores te has ido nutriendo durante los últimos años?
Ha ocurrido algo con mis gustos literarios que no sé si sea bueno o malo. He comenzado a leer a los clásicos, a devorarlos con una pasión que nunca antes sentí. Acabo de leer a Catulo y Petronio. El año pasado leí todas las tragedias de Shakespeare, en una edición monumental que publicó Norma y que gracias a Dios (en el que no creo), adquirí. Estoy tentado de releer la novela francesa y rusa del siglo XIX. Algo me dice que por allí está un camino interesante, una especie de renacimiento espiritual, estético, que hará que reformule mi propia idea del arte.
Pese a que aún es temprano para vislumbrar un exacto panorama, ¿cuál es tu opinión sobre la poesía y narrativa de los 90 en nuestro país?
No tengo opinión. Como te dije, he comenzado a leer a los clásicos.
Buena parte de los poetas y escritores de esta promoción, son descendientes de familia provinciana, ¿ha modificado todo esto la emoción, la estética del espíritu limeño?
Siempre me sentí un provinciano en Lima, Stan. Somos doce hermanos. De niño, nunca tuve que buscar mis amigos afuera, los tenía dentro de la casa. Ellos y yo crecimos escuchando las historias familiares: nuestros muertos de provincia también participaban de nuestros juegos infantiles. Por supuesto que esa pertenencia a una tradición provinciana modificó (para siempre) mi estética, pero sobre todo mi visión del mundo. Solo una anécdota. Por mi profesión he tenido que leer mucho, empaparme del conocimiento occidental. Sin embargo, a veces me sorprendo pensando y sintiendo como en mi infancia más remota. Mi madre solía tener explicaciones, cómo decirlo, ‘irracionales’ para varias de las cosas que ocurrían a nuestro alrededor. Cuando una puerta sonaba, ella se agitaba y susurraba mirándome: “¡Alma!”. Yo le devolvía la mirada y también asumía que había sido un espectro el causante del portazo. Crecí pensando cosas como esas. Ahora, cuando escucho un portazo, pese a saber que es el viento, una parte de mí, por lo menos en un primer instante, desafía mi racionalidad y me susurra, como antes lo hacía mi madre: “¡Alma!”
Después de El mestizo de Alpujarras, cuento ganador del Copé, ¿aparecerán otros textos con referencias históricas o tan sólo ha sido un ensayo?
Tengo en mente escribir novelas históricas, Stan, pero no me quieras soltar la lengua: yo, como muchos escritores, soy supersticioso en este punto. Si cuento lo que quiero hacer puedo echarlo todo a perder. Lo que sí te puedo afirmar es que “El mestizo de Las Alpujarras” es un comienzo -déjame considerarlo auspicioso- de un proyecto narrativo vasto, ambicioso, que espero poder concretar algún día.

Una última pregunta: ¿Qué sensación crees que tendrías si de pronto amanecieses convertido en un insecto kafkiano?

Sentiría pánico. Mi mujer, Lucila, detesta los insectos, simplemente no los soporta. Apenas los ve, saca su zapato y los liquida entre gritos de histeria. Si una mañana yo despertara convertido en insecto, ya te puedes imaginar: terminaría en las suelas del zapato de ella, mi pobre cuerpecito triturado y sazonado en ese líquido blancuzco del que están rellenos la mayoría de esos bichos.

SANTUARIO DEL ARTE EN HONOR A FELIX REBOLLEDO




Autoretrato de Félix Rebolledo
Hace un par de años atrás la familia Rebolledo Herrera inauguró el Santuario del Arte en la ciudad de Catacaos, una sala donde permanentemente se expone la obra del artista plástico Félix Rebolledo.
Félix nació el 3 de junio de 1944 en Catacaos. Su padre fue un pintor de paisajes y retratos. Es por ello que a los 10 años ya manejaba el color y el dibujo. En 1960 ingresa a la Escuela Nacional de Bellas Artes. Egresa en 1965. Tenía 21 años. Se graduó con Medalla de Oro y con el Premio Nacional. En 1967 junto a Marcelino Álvarez, Carlos Cruz, Eulogio de Jesús y Fernando Torres forman el Grupo 67. En octubre de ese año parte a París gracias a una Beca otorgada por la ENBA. En la ciudad francesa realiza estudios sobre xilografía, intaglio y litografía. Recorre Italia, Inglaterra, Austria, Bélgica y Checoslovaquia. Regresa al Perú en 1971. A partir de 1972 forma parte del cuerpo de docentes de la Escuela donde egresó. Enseña dibujo. A fines de 1978 funda con Francisco Izquierdo el Movimiento de Arte Realista: el artista y su época, y en 1981 la Asociación Trabajo y Cultura, dedicada a fomentar las actividades culturales, de estudio y promoción social. Siempre se mantuvo reticente a exhibir en galerías.
Y es que como señala Nanda Leonardini, Félix Rebolledo, siempre fue un “político por naturaleza, solidario, interesado por el hombre y el entorno”. Y sobre su obra la misma chica sostiene que refleja “el dominio de la técnica, la composición y el acabado”. Su temática fue sin duda eminentemente social.
Es detenido el 15 de junio de 1984. Fallece el 19 de junio de 1986 en el motín de San Juan de Lurigancho, durante el gobierno del actual presidente, quien no ha abandonado a su mancha de mafiosos y continua practicando sus tan pendejos y nefastos hábitos, solo que ahora con más maña. Le faltaba a Félix una semana para salir en libertad y una de las cosas es que nunca se le había probado delito alguno.
Sus restos se hallan en el cementerio Nuevo Imperial de Cañete.
Si les place visitar el Santuario esta es la dirección: San Francisco 872, Catacaos, Piura.

Doraliza Herrera, madre del artista, mostrando la obra de su hijo

UN TEXTO DE LAS HORAS NATURALES



Como dije anteriormente, lo que he leído de Alfredo José es casi nada. Cómo algunos saben, Delgado Bravo nació en Monsefú, año 1924. Estudió en la Universidad Mayor de San Marcos e hizo amistad con destacados poetas y escritores peruanos como Pablo Guevara, Washington Delgado, Osvaldo Reynoso y Carlos Eduardo Zavaleta.
Las horas naturales (Imprenta Quesquén, Chiclayo 1968), obtuvo ese mismo año el Primer Puesto en los Juegos Florales organizado por la Escuela Normal Sagrado Corazón de Jesús de esta ciudad.



AQUÍ YACE EL QUE VIVO



Oh vivir tan hermoso como esquivo
Con qué fidelidad te voy viviendo,
Con qué pueril amor, aún sabiendo
Que de males y muerte eres cautivo.

Cómo, entonces, en todo lo que vivo
Tus fauces siento que me van royendo
La mas íntima entraña y convirtiendo
En un leño troncado sin motivo.

Qué cruel y duro es, oh, peregrino,
Este volverse polvo y luego viento,
Todo el amor, no empiece, a ti entregado.

Oh vivir, si morir es tu destino,
Cómo has de padecer remordimiento
Por todo lo que de verás te ha adorado.

OTRA DOLOROSA PARTIDA. ALFREDO JOSÉ DELGADO BRAVO

octubre 16, 2008

En Piura me enteré de la muerte de unos de los poetas chiclayanos quizás más querido y apreciado –junto a NIXA– por la fauna literaria e intelectual de nuestra ciudad: Alfredo José Delgado Bravo. Ahora que he vuelto de viaje posteo estas líneas.
En realidad pocas han sido las veces en que conversé con él. Quizás la ocasión en que departimos más tiempo fue el año 2002 cuando coincidimos como miembros de jurado en un concurso organizado por el colegio Renan Elías de la FAP. Era bajito, de anteojos enormes y me imagino pesados, piel morena y una voz apenas audible. Tenía su chispa y vestía chalequito, saco y zapatos bien lustrados. Resultaba agradable y fácil se podía conversar sobre toda una gama de autores clásicos. Por momentos no lograba captar sus palabras y me limitaba a ver su sonrisa. Peor hubiera sido si en aquel instante, sobre aquel patio, se le ocurriera pasar a un avión. El aeropuerto estaba cerca.
Hasta ese entonces solo había leído de él, Las horas naturales y uno que otro poema suelto. Su primer libro llegó a mis manos circunstancialmente, durante la década del 80, a través de un profe de literatura, vecino del barrio. Estaba compuesto de sonetos, tercetos y una serie de rimas que desde un inicio me dejaron un sabor a antiguo, a fría lejanía. No me grabé su nombre y hasta que transcurrido un buen tiempo supe que aquel autor estaba vivo y era lambayecano, autor del himno a Chiclayo y también padre de mi amigo Iván.
A pesar de esta adolescente impresión pude apreciar en lecturas posteriores, esa sensibilidad y llaneza de aquél poeta cosmonsefuano (por haber nacido en Monsefú, denominada ciudad de las flores), tal como firmaba en sus datos.
Mi amigo Ernesto Zumaran, cada vez que llega la ebriedad, suele decir algún día moriremos. Y es verdad. Llegará el día en que atravesaremos esa delgada línea en completo silencio más allá que el dolor resulte un aguijón en el alma de los seres que en vida nos amaron.


OSCAR PAJARES. EXPERIMENTANDO CON EL CLARIN CAJAMARQUINO

El otrora líder de la banda cajamarquina de rock Ruido negro, Oscar Pajares, ahora anda metido en hacer fusión, centrándose sobre todo en el clarín cajamarquino, instrumento musical que no hace mucho ha sido reconocido como patrimonio cultural. Haciendo uso de este mecanismo, especie de largo carrizo cuyo sonido parece un berrido de los apus, Oscar ya viene grabando algunos temas, tanto como solista así como parte del grupo Serránia, integrado por cuatro muchachos más. Hay una mezcla de cashuas, huainos y rock instrumental.
Como se verá, por el momento Ruido negro anda en caminos diversos. El Zeta, fundador también del grupo, fue a estudiar Ingeniería de sonido a Buenos Aires y ahora no le falta chamba. Igual ocurre con Pajares. No me puedo quejar, yo vivo de esto. Tengo equipos, un lugar para hacer conciertos, hago comerciales, nos comenta mientras vemos un video donde Serránia comparte el escenario con el saxofonista Jean Pierre Magnet, en un concierto realizado en Cajamarca.
En este último viaje a Caxamarca también me encontré con la ingrata noticia de la partida de Kalico, líder y vocalista de Kalico y los Kaliches, Un cáncer al estómago lo llevó joven, tenía unos 30 años y dentro de todo este nostálgico asunto es que ahora a su hijo también le vacila la música. El deseo es que de pronto Kalico despierte junto a los Kaliches.
Arriba les dejo con un videito de Miki Gonzáles quien ya es un viejo fusionista y quien desde hace un tiempo ya le entró a experimentar con el clarín cajamarquino.

AL VUELO DOS VOCES: LUBER IPANAQUE Y PERCY VIDAL

octubre 10, 2008
En la última actividad cultural realizada por Diantre, arte y cultura, este 20 de setiembre en la sala escénica del INC ubicada en Chiclayo, se presentaron una serie de poetas que realmente vienen escribiendo cosas interesantes. Cito algunos nombres: Ronald Calle (San Ignacio Cajamarca, 1982), quien ha recibido elogiosas palabras el tío Marco Toño Denegri, César Boy (Ferreñafe, Lambayeque 1981), Julio Paredes (Tarapoto, 1987), Percy Vidal (Chiclayo, 1979), Lúber Ipanaque (Pucallpa, 1985) y Cromwell Castilo (Motupe, Lambayeque 1981), No obstante, más allá de esta referencia solo el ejercicio y el tiempo expresará lo realmente autentico. Por ahora colgare algunos textos de dos de ellos. En posteriores fechas a ver si hago lo mismo con la de los demás patas.

Lúber Ipanaque vive en Piura pero nació en Pucallpa, el año 85. Estudia Derecho en la Universidad Nacional de Piura. Ha publicado Hostia Sideral (2005) y Los apóstoles de la Muerte (2007). Por él he sabido que existen grupos de jóvenes poetas en aquella ciudad vecina, del 2000 dicen, que conforman grupos como Magenta y Pensamiento Profano. Lúber integra Plazuela Merino. Chequeé a la volada también un boletín de Magenta, donde pude apreciar un apreciae diseño y un par de poemas rescatables.
Ahí les va un texto de Ipanaque:




ALUCINACIÓN/ IV



Bebiendo. Bebiéndome la vida, oí:
“Lúber, tu mujer dará a luz un niño.
No tengas miedo y llévala a tu casa.”
Hace días estás que me hablas,
yo no quiero caer en tu juego.
No soy tonto y capaz que tú
ya te has acostado con ella – le contesté
aturdido.
“Has lo que se te venga en gana,
pero recuerda quién te habla” – dijo.


I.- Mientras la lluvia seguía, en el cielo
retumbaban los truenos y relámpagos.
Y se oyó el perreo vallejiano: “Bruno, perreo. Bruno, perreo.
Hay golpes en la vida…Azótame”


II.- Lloraba, sí, lloraba. Lúber lloraba.
Y en sus ojos se reflejaban las estrellas.
Así fue como se cortó el brazo y se quemó
con puchos de cigarros.


III.- Se hizo necesario navegar en el horror,
ser pasajero de combi, contener náuseas,
soportar olores pestilentes:
“Mi país es una combi conducida hacia el abismo.”


IV.- Pues él vio como incendiaban nuestros
pastos y cortaban nuestra historia.
Se lo llevaron todo y nos dejaron sin sentido.
Pero aquí no pasa nada, un momento por favor,
aquí no pasa nada: el Perú es el Perú
y no sirven para nada los poetas.




Desde siempre Percy Vidal ha vivido en esta ciudad. Teme viajar. Después de varios años que he vuelto a verlo. Y lo bacán es que no ha dejado la poesía. Tiene casi listo un poemario. Aún así se mantenga lejos de la escena literaria local él ha venido trabajando sus textos. Desconoce palabritas como metatexto, minimalismo, entre otras. No se ha contaminado con las ínfulas, las poses, el ego de mucho de nosotros. Vive administrando su pub y escribiendo en la barra.




En verdad
lo siento mucho por Adan
quien no pudo saborear
el dulce placer
que se siente
al desnudar a una mujer.




El espejo me recuerda
que estas dos líneas
aparecidas en cada extremo
de mi boca
es el precio que debo pagar
por tanta sonrisa hipócrita.