Entrevista a Víctor Nomberto

octubre 31, 2008


Sociologo Nomberto en pleno trabajo con los Awajún


“Las universidades no pueden ser solamente negocios lucrativos, debe formar el capital humano”

El sociólogo y catedrático de la Universidad Federico Villarreal, Víctor Nomberto Bazán (Chiclayo, 1953) ha publicado -junto a otro docente- el libro Historiografía General y del Perú (Editorial Universidad Ricardo Palma), volumen que comprende la reseña de cuarentaidos importantes obras de los más investigadores sociales del nuestro país y del mundo. Nomberto ha sido invitado a dar conferencias en universidades como Complutense de España y Heildelberg de Alemania. He aquí una parla con mi estimado coterráneo.


¿Que lo motivo a emprender la realización de este proyecto?
Mi propósito es permitir el acceso de la bibliografía historiográfica fundamental a los profesores de historia en los diversos niveles educativos, así como de los estudiantes universitarios en la especialidad de historia. Son cuarenta y dos obras indispensables, que no están siempre disponibles en todas las bibliotecas. Historiografía General y del Perú, recoge las valiosas lecciones que nos otorga la historia y es una guía para la consulta de fuentes internacionales y nacionales contemporáneas.
¿A que se debe el hecho de haber escogido 21 historiadores y otros científicos sociales en cada una de las dos partes del libro? ¿Es un número cabalístico o de pronto, quizá simbólico?
Es un número simbólico. Escogí 21 autores de fuentes para la historia universal y 21 historiadores peruanos y peruanistas porque estamos en el siglo XXI. Algunos historiadores se han sentido excluidos y consideran que la selección ha sido arbitraria. Pero ofrezco que en el segundo tomo de Historiografía General y del Perú, sus obras serán consideradas; especialmente las publicadas por José Agustín de la Puente Candamo, Antonio Zapata Velasco, José Antonio del Busto, Franklin Pease y Armando Nieto S.J.
Muchas personas tienen la idea que la historia es tan solo una serie de sucesos y fechas. Desde su punto de vista, ¿qué significado e importancia tiene para la sociedad humana?
La historia es tanto la investigación llevada a cabo por el historiador, como los hechos del pasado que el historiador estudia. La historia es un recuento de lo que han hecho los seres humanos. Michel Foucault afirma que la historia es la madre de todas las ciencias del hombre, tan vieja como la memoria humana. Sin embargo no todos los acontecimientos participan del recuento y se exponen en el recuerdo histórico. Benedetto Croce señalaba que toda historia es historia contemporánea, ya que consiste en ver el pasado con los ojos del presente y a la luz de los problemas de ahora; dado que la tarea primordial del historiador no es recoger datos sino valorar, porque si no valora no puede reconocer lo que merece ser recogido. Además, el pasado que investiga el historiador vive aún en el presente. La historia comienza cuando pensamos en el transcurso del tiempo humanizado, en función de una serie de acontecimientos específicos, en que los actores se hallan comprometidos y en los que pueden influir conscientemente.

¿Considera usted, como Drinot, que la historia tradicional no es más que un catalogo inconducente, una serie de documentos y testimonios sin ningún valor?

Drinot en su trabajo historiográfico corre el riesgo de arrojar lo sustancial junto a lo accesorio. La historia empieza cuando se transmite la tradición, que significa la transmisión de los hábitos y las lecciones del pasado al futuro. Empieza a guardarse memoria del pasado en beneficio de las generaciones posteriores. Desde luego existen diversas interpretaciones de los acontecimientos, dado que junto al catalogo metódico, disciplinado y perseverante de documentos y testimonios, está la imaginación del investigador que busca desentrañar los misterios y las intencionalidades humanas que allí se ocultan.
Desde hace un tiempo viene ejerciendo la docencia universitaria. En esa interrelación con los jóvenes, ¿ve un real interés por estudiar y desarrollar las Ciencias Sociales?
Llevo 25 años ejerciendo la docencia universitaria en Lima y en las diversas regiones de nuestro Perú. También he sido conferencista invitado en las universidades europeas de Heildelberg, Uppsala y Complutense de Madrid. La Universidad de Heildelberg es la más antigua de Alemania, fundada por Ruperto I, en ella fue profesor mi colega Max Weber. La Universidad de Uppsala en Suecia, fue fundada en 1477 y es la más antigua de Escandinavia. En cada una de estas universidades he podido observar un interés creciente de los jóvenes por las Ciencias Sociales, aplicando los conocimientos científicos a la solución de diversos problemas prácticos que constituyen desafíos para nuestras respectivas sociedades.
¿Considera que en algún momento la pobreza, el desempleo, entre otros problemas persistentes en nuestro país, hallarán solución?
La corrupción y la violencia impiden la solución de la pobreza y el desempleo. No son solo problemas estructurales, están también presentes en el corazón de las personas. Sin bajar la guardia en ningún momento debemos atacarlas en todos los niveles, siendo vigilantes hasta con nosotros mismos, guardando la fuerzas necesarias para ser auténticos en nuestras propuestas de cambio y transformación de lo individual a lo familiar y social; ya que resulta insuficiente un crecimiento macroeconómico.
Durante las últimas décadas ha habido cambios en diversos aspectos de nuestra sociedad. Uno de los que podría señalar es referente a la música. Antes de los 80s resultaba difícil – y casi imposible – escuchar un huaino o una cumbia en una fiesta clasemediera y mucho menos en una reunión burguesa. Hoy hasta el presidente baila con Dina Paucar, ¿qué es lo que está ocurriendo?
Los Presidentes han cambiado, son mas clasemedieros y socialdemócratas. No me imagino a Humala bailando los ritmos del Grupo 5 de Monsefú, Caribeños de Guadalupe, Caliente o Papilón; simplemente porque la izquierda sigue siendo solemne. Transitamos por caminos inciertos, y la música como la moda existe para todos los gustos, reflejando los espíritus de cada época. Es cuestión de saber escuchar y estar en sintonía. Un huaino o una cumbia no dejan de lado a la opera o a la música religiosa, cada una en el lugar y momento adecuado. Aunque la pronunciación de la Pituca de Tongo me parece un exceso, me refiero a la versión en ingles.
¿Con todo esto se podría decir que el indigenismo está retomando sus fuerzas perdidas?
Efectivamente, el indigenismo como expresión de la sociedad civil, que no le tiene miedo ni al mercado ni al Estado. El indigenismo que sabe dialogar. Hoy en día el verdadero indigenismo enfrenta desafíos inmensos y necesitamos beber de nuestro propio tanque histórico como lo hizo Guaman Poma de Ayala en 1615. Aconsejo leer su obra “La Nueva Corónica y Buen Gobierno” hallada en Copenhague (Dinamarca) y cuyo manuscrito puede ser consultado por internet. Esta dirigida al rey español Felipe III, tiene 1200 páginas y 400 dibujos, utiliza la polémica narrativa, combina los pasajes bíblicos con la historia del Tahuantinsuyo. Guaman Poma es un modelo para el indigenismo andino y amazónico de nuestro siglo.
El centralismo siempre ha sido un tema controversial, ¿considera que habría que insistir, ver la manera de encaminarlo hacia su viabilización o en todo caso piensa igual que Mariátegui, al creer que tal realización no resolvería los problemas de las provincias?
La muerte de Mariategui fue prematura y algunos de sus seguidores han deformado su pensamiento. Su hijo Sandro fue dirigente de Acción Popular, y considero que su nieto, el actual director del periódico Correo, debería ser el primero en darle continuidad a sus principios. Respecto al centralismo criollo, me considero un ciudadano del mundo y de la nación, sin caer en los excesos nacionalistas. Soy partidario del Estado unitario con autonomía económica, política y administrativa de sus regiones. Pienso que algunos departamentos están intentando ser regiones, como es el caso de Amazonas y San Martín, que en la próxima consulta popular pueden llegar a ser la primera Región piloto a nivel nacional.
Usted nació en esta ciudad y luego ha hecho su carrera profesional en Lima, ¿qué sabe de la labor intelectual e investigativa en esta parte del país?
Nací en el Hospital de Las Mercedes en la avenida Luis Gonzáles. Mi parroquia es San Juan María Vianney, cuyo párroco fue Monseñor Juan Tomis y actualmente es Ricardo Guerrero. Sin embargo no he sido profeta en mi propia tierra. La labor intelectual en Chiclayo y Lambayeque no se puede limitar al trabajo de las universidades, es una vocación que se forma desde la niñez y juventud. Recuerdo a mi profesor de química orgánica e inorgánica, Enrique Mangana López, de la Congregación de la Misión – San Vicente de Paúl- quién me proporcionó los fundamentos de mi labor investigativa desde el Colegio. En este nuevo siglo veo a muchos lambayecanos que continúan el trabajo de científicos como Pedro Ruiz Gallo y matemáticos como Federico Villarreal.

Lambayeque en sí, como diversos departamentos del Perú, tiene material para ser investigado, ¿Qué opina al respecto? ¿Qué es lo que falta? ¿Personas idóneas, presupuesto económico?

Me parece que no es solo un problema de presupuesto, es un problema de gestión para la investigación, voluntad y disciplina; porque las personas preparadas existen, de lo contrario no tendría sentido la existencia de tantas universidades en Lambayeque. Las universidades no pueden ser solamente negocios lucrativos, deben formar el capital humano de nuestra región. Un ejemplo de buena gestión en arqueología son los Museos Tumbas Reales de Sipán, Brüning y Sicán de Ferreñafe.
Después de Historiografía General y del Perú, ¿qué proyecto continua?
Estoy escribiendo la Historia de los Awajún. Es una historia regional, ubicada en las provincias de Amazonas, el norte de Cajamarca y San Martín. Tengo fuentes bibliograficas, además voy a revisar archivos coloniales y a recoger la propia historia relatada por los awajún con sus mitos, leyendas así como sus propias versiones de las guerras en la Cordillera del Cóndor. Quiero profundizar los estudios realizados por José María Guallart y Manuel García Rendueles de la Compañía
de Jesús.